Proyectan en Matanzas, museo de la Paleopatologia aborigen

Matanzas, Cuba. - La universidad de Ciencias Médicas de Matanzas y la Oficina del Historiador, ultiman los detalles para inaugurar el primer Museo de la Paleopatología aborigen. Según la consideración del Doctor Ercilio Vento, historiador de la urbe yumurina, se trata en su primera fase, de la exhibición de no menos de 250 piezas donde se demuestran la presencia de enfermedades como la sífilis precolombina, tumoraciones y otros males que aquejaban a la población aborigen cubana. El sitio escogido para esta muestra única de su tipo en la nación es el museo El Morrillo, situado justamente en la ribera sur del río Canímar, en las inmediaciones del cementerio aborigen a cielo abierto más notable de la isla, con una antigüedad demostrada que ronda los siete mil años y donde se han extraído más de dos centenares de osamentas. La idea de la constitución del Museo de la Paleopatología obedece al desarrollo y éxitos investigativos que exhibe la cátedra de la especialidad, que propone una mirada interesante a la evaluación e interpretación de las enfermedades que aquejaban al indocubano a partir de sus restos óseos. Las más recientes pesquisas del científico matancero permiten conocer no solo el, el tipo de alimentación y enfermedad que padecían, sino, que ha establecido, mediante rigurosos estudios; la preponderancia de enfermedades degenerativas y otras transmitidas mediante herencia familiar durante varias generaciones. El paisaje natural Río Canínar, ostenta desde el pasado año la categoría de sitio Monumento Nacional, dados los altos valores de conservación de su flora y fauna; pero también por sus insoslayables aportes, puesto que en la región se encuentran evidencias de sitios de habitación aborigen, viejos cafetales del siglo XIX, cuevas y cavernas con enterramientos aborígenes, algunos notables por sus posiciones funerarias. La iniciativa se inscribe en un ambicioso proyecto de constitución de un centro de referencia para las investigaciones sobre los primeros pobladores de la Isla, sin soslayar las utilidades docentes y de turismo que ofrece el sitio arqueológico, aún inexplorado en sus más de 19 kilómetros cuadrados de extensión.