Un puente como pretexto.
La naturalidad con que el matancero transita por sus puentes, tiene diversos matices: para la media, es solo un accidente geográfico vencido que ha estado en servicio por años y siglos; pero para otros, capaces de interpretar su poesía y hasta su secreto embrujo, es sin lugar a dudas, una obra humana tendida con inteligencia, estilo y ansias de perfección, para sobre todo, trascender a sus creadores. Por tanto, no es casual que en una ciudad como la de Matanzas que cuenta 27 puentes, de ellos cuatro centenarios asociados a la urbe, se piense, incluso, en dedicarle un día a esta creación ingeniera capaz de satisfacer a los más despreocupados, desgranar poesía entre los más sensibles y hasta despertar las más enconadas controversias entre los conocedores del tema. Que el próximo sábado 26 de septiembre, cumpla el puente de Bacunayagua, su medio siglo de vida como útil enlace entre la ciudad de Matanzas y la capital de la nación, es el pretexto ideal para proponer, sin que medien inútiles...